viernes, 1 de junio de 2012

Hay ocasiones ...

Hay ocasiones, en las que los planteamientos y las convicciones que se han tenido como referencia durante mucho tiempo, se desmoronan y se derrumban, quedándonos con la sensación de haber estado siempre equivocados. Es como si parte del edificio de nuestra vida se viniera abajo y nos dejara sumidos entre escombros, ruinas y confusión.
No siempre los cimientos en los que nos asentamos, tienen la suficiente fortaleza como para resistir el paso del tiempo. Aunque también es verdad, que en un mundo tan variable como el que nos toca vivir, unos años de diferencia pueden hacer bueno o malo lo que antes era todo lo contrario.
Somos seres cambiantes por naturaleza, no sólo en el aspecto físico, sino también en el mental y espiritual. Y la evolución de lo que somos y de lo que hacemos, forma parte de nuestra manera de ser y subsistir. Pero el tiempo es un juez implacable e inflexible, y suele poner las cosas en su sitio. Aunque quizá, lo verdaderamente importante, es conseguir renacer de nuestras cenizas y reconstruir nuestro entorno, de forma que pueda aguantar los envites que inevitablemente la vida nos seguirá dando.

Texto: Manolo Torres



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