No hay sensación menos deseable y más entristecedora, que el sentirse solo estando rodeado de gente, sin tener a nadie a quien le importes, que comparta tus problemas, que te comprenda, y que se interese por ti. La soledad es un estado que ansiamos cuando nos vemos abrumados y desbordados por la compañía de los demás. O cuando queremos encontrarnos a nosotros mismos para tener nuestras reflexiones y momentos más íntimos y personales. Pero es una losa muy difícil de levantar y llevar a cuestas si no se busca, y en especial, si viene por la desaparición y ausencia de nuestras personas más queridas. Sumándose así, los sentimientos de soledad y el del dolor de una pérdida irreparable, que dejan un profundo hueco muy difícil de sobrellevar, cuando no se dispone de alguien que nos sirva de apoyo.
Texto: Manolo Torres
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